Como me suele suceder con los considerados geniales novelistas, y este escitor ruso, sin duda, lo es (ahí están sus obras Crimen y castigo o Los hermanos Karamazov para demostrarlo), resulta que me llevo el gran chasco al elegir esta corta novela sobre las relaciones amistad-amor entre sus dos jóvenes protagonistas, almas solitarias, soñadoras y tristes, en el San Petersburgo de mediados del XIX, que no me ha parecido suficientemente atrayente.
No me ha seducido.
20.07.07
20.07.07
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